Blogia
Kiribati

Palabras

Palabras Tengo miles de palabras tuyas guardadas, en las trescientas seis cartas que me escribiste en estos años.
Como te decidiste a permanecer tan lejos y tan cerca...
Y verás: trescientas seis cartas son muchas cartas.
Acuérdate que apareciste de pronto, como una corriente de aire que empuja y abre la ventana, sin que nadie lo pudiera evitar. Cuando levanté la cabeza, ya estabas allí.
"¿Se te puede no querer?, me preguntaste, "¿es que acaso se te puede ignorar?".
No te diste cuenta, pero yo me preguntaba lo mismo sobre ti.
Luego pasaron años; años, sí...¿y a dónde fueron?.
Lo malo es que anoche me percaté de que te habías vuelto translúcido, como si el agua de una lluvia poderosa te estuviera borrando.
Hoy, al amanecer, eras ya completamente transparente.
Y ahora mismo, dirijo la mirada hacia ti y apenas si se te distingue como una tenue silueta dibujada en la pared.
Sí, claro, mi sentimiento es el mismo, eso no se ha borrado, pero, ¿cuánto durará sin tu presencia? No confíes tanto en mi memoria: ya soy casi una mujer anciana. Y tú eres aún más anciano que yo.
Pero dime, ¿es que acaso vas a dejarte borrar sin más?
¿No vas a rebelarte, ni a protestar siquiera un poco?
¿Cómo puedes permitir que te olvide, que transcurra más tiempo y que, un día próximo, ni siquiera recuerde ya tu nombre?
¿Cómo puedes, dí?
¿Tantas palabras para eso?
Yo creía que estábamos tejiendo un tapiz con ellas, o una alfombra mágica para poder volar hacia los Mares del Sur, en esos días en que hace tanto frío aquí fuera.
Y resulta que sólo arrojábamos sopas de letras a la nada.

Lástima.

De verdad: lástima.

4 comentarios

Kiri -

Ah, sí. Claro que se dejará olvidar. Como si nunca hubiera existido.
Como un espejismo.
Pues nada, feliz olvido.
Hoy he visitado un bosque. LLovía, salía el sol, había un arcoiris.
Había realidad, unos ojos reales y unos brazos reales.
No eran sombras tejidas y no se perderán en el olvido.

Bambolia -

Sí, Kiri, sí. Se dejará olvidar. Consentirá. Su nombre ya no será nombre y su rostro ni tan siquiera tendrá una sonrisa que le dé algo de forma.

Sólo espero, con todas mis fuerzas -para ti y para mí- que nunca más tenga un arrebato de nostalgia y convierta el olvido en un hola, cuando menos, incierto y doloroso.

Kiri -

Ya te digo, Ricardo. :-)

Ricardo -

Cosas de la vida.

Salud