La opinión ajena
"Yo creo que, en general, dejando aparte la opinión de los expertos, se hace demasiado caso a las opiniones de otros... Como regla básica, uno debe respetar la opinión pública lo justo para no morirse de hambre y no ir a la cárcel, pero todo lo que pase de ese punto es someterse voluntariamente a una tiranía innecesaria.
No tiene sentido burlarse deliberadamente de la opinión pública; eso es seguir bajo su dominio, aunque de un modo retorcido. Pero ser auténticamente indiferente a ella es una fuerza y una fuente de felicidad.
...Ya no hay necesidad de depender de los vecinos inmediatos para tener vida social. Cada vez es más posible elegir las compañías en función de la afinidad. La felicidad es más fácil si uno se relaciona con personas de gustos y opiniones similares...podemos confiar en que de este modo se reduzca poco a poco, hasta casi desaparecer, la soledad que ahora aflige a tantas personas no convencionales. Indudablemente esto aumentará su felicidad, pero también está claro que reducirá el placer sádico que los convencionales experimentan ahora teniendo a los excéntricos a su merced.
El miedo a la opinión pública, como cualquier otra clase de miedo,es opresivo y atrofia el desarrollo. Mientras este tipo de miedo siga teniendo fuerza, será difícil lograr nada verdaderamente importante, y será imposible alcanzar esa libertad de espíritu en que consiste la verdadera felicidad, porque para ser feliz es imprescindible que nuestro modo de vida se base en nuestros propios impulsos íntimos y no en los gustos o los deseos accidentales de los demás."
(Bertrand Russell. La Conquista de la Felicidad)
No tiene sentido burlarse deliberadamente de la opinión pública; eso es seguir bajo su dominio, aunque de un modo retorcido. Pero ser auténticamente indiferente a ella es una fuerza y una fuente de felicidad.
...Ya no hay necesidad de depender de los vecinos inmediatos para tener vida social. Cada vez es más posible elegir las compañías en función de la afinidad. La felicidad es más fácil si uno se relaciona con personas de gustos y opiniones similares...podemos confiar en que de este modo se reduzca poco a poco, hasta casi desaparecer, la soledad que ahora aflige a tantas personas no convencionales. Indudablemente esto aumentará su felicidad, pero también está claro que reducirá el placer sádico que los convencionales experimentan ahora teniendo a los excéntricos a su merced.
El miedo a la opinión pública, como cualquier otra clase de miedo,es opresivo y atrofia el desarrollo. Mientras este tipo de miedo siga teniendo fuerza, será difícil lograr nada verdaderamente importante, y será imposible alcanzar esa libertad de espíritu en que consiste la verdadera felicidad, porque para ser feliz es imprescindible que nuestro modo de vida se base en nuestros propios impulsos íntimos y no en los gustos o los deseos accidentales de los demás."
(Bertrand Russell. La Conquista de la Felicidad)
8 comentarios
Kiri -
Pero sí, ese "no" es una afirmación de uno mismo, una afirmación indispensable.
Alsen Bert -
PD: Es mi opinión, ¡vaya mechón de pelo le cae a la niña del espejo!
Kiri -
Y me jode un montón sorprenderme a mí misma haciendo o diciendo cosas para cumplir un papel. Es como una maldición gitana.
Gru -
Kiri -
Yo soy poco social. Creo que no sólo hay que intentarlo (lograrlo ya es otro cantar) en algunos ámbitos, sino en muchos.
Gru -
Kiri -
Aunque la verdad es que es muy difícil prescindir de la opinión ajena, ya que no estamos educados (y menos educadas) para ello.
Además, la gente se vuelve increíblemente dañina cuando percibe que alguna oveja díscola se distancia del rebaño.
Pero merece la pena, claro que sí.
Ana* -
Creo que no me daban un consejo tan bueno en mucho tiempo.
Muy bien traído, Kiri. Leí este libro hace tiempo, me han entrado ganas de releerlo. :)