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Kiribati

Pandemonium Queen

Pandemonium Queen Pandemonium Queen nunca ordena su habitación.
Después no encuentra sus vaqueros y se enfada.
Tiene los ojos verdes, como una náyade, el cabello oscuro y las manos muy blancas.

Pandemonium Queen pregunta cómo funciona el mundo, y luego se queda pensando cuando escucha la respuesta. No, no está de acuerdo.
A veces se escapa a su Universo, con los auriculares en las orejas, mientras come doritos y mira al techo.
Nadie sabe en qué piensa.

Pandemonium Queen escribe maravillosos poemas:

"Déjame correr hacia el bosque
donde todo cobra vida por la noche,
déjame dormir en el lecho
de corales cansados de su nombre".

Pedalea en su bici que no va a ninguna parte.
Se ríe por lo bajo leyendo mensajitos en el móvil.

Pandemonium Queen se disfraza de Morticia, con su sombrero negro y sus gafas de sol.
Se ríe de las Letizias y las barbies-rosa-chicle, mientras pone la música demasiado alta.
Y, claro, cambiará el mundo, hacia un futuro utópico en el que no existirán las verduras.
Sólo pollo frito y zumo de piña.
Y canciones de los míticos rockeros que no conoció, asi como las pelis de los hermanos Coen.

Va y viene sin dar explicaciones, se esconde, llora, canta, aparece, desaparece, se pelea, se ríe a carcajadas. Para luego enroscarse, convertida en suaves plumas, ("mi mami, cuáááááánto quiero a mi mami guaaaaapa...")convertida en gatito, como cuando tenía dos años. Convertida en la niña que es.

En la Belleza que es.

7 comentarios

Kiri -

Sí, son frágiles. Porque además forman grupos tribales con unos estereotipos muy cerrados: la guapa, el guapo, el empollón-a, el patoso-a, etc., y pueden llegar a hacerse la vida bastante angustiosa.
Tienen que sentir que existe esa red bajo sus pies, forjada con el amor de sus padres, ese reducto al que volver siempre que lo necesiten.
Cuando falta esa seguridad, es el infierno.
Y lo difícil es que algunas veces se encierran en su mundo y uno no está seguro de que se sientan bien.
Cruzar la adolescencia de un hijo es como atravesar un desfiladero inquietante. Así lo veo yo, al menos, y eso que, por circunstancias diversas, entre ella y yo existe un vínculo tan íntimo que a veces parece cosa de magia.
Bueno, como entre muchas madres e hijas, supongo.

Esstupenda -

Cierto es Kiri.
Todos somos vulnerables al aprecio o desprecio que hagan de nuestra persona, unos más y otros menos. Hay que cuidar al que es más débil porque el medio golpea duro.
Yo tambièn tengo niñas, una fuerte de personalidad y frágil de cuerpo, parece india; la otra es alta y fuerte de cuerpo pero es dulce y sensible, se acompleja enseguida y hay que estar encima de su autoestima todo el tiempo. A mi me gustan mucho las dos.

Kiri -

Lo cierto es que a los adolescentes les cuesta encontrar su autoimagen correcta. Creo que por eso son tan vulnerables a los mensajes de los medios de comunicación sobre lo que supuestamente es el cuerpo que "deben" tener para ser aceptados.
Bueno, este problema de autoaceptación del físico es bastante común hoy en día, pero los adolescentes son más frágiles ante el bombardeo de mensajes.

Tema del que, por cierto, ha escrito hoy muy bien Bambi en su bitácora. ;-)

Kiri -

Sí, me pareció una imagen que lo dice todo sobre esa edad. Aunque también hay momentos en que se sienten no ya como pumas, ni siquiera como gatitos. Como ratoncillos quizá, :-))
Mi gata también se parece a al de la foto,Esstu, pero es menos doradita y más tirando a parda.
El de la foto es precioso, asi que el tuyo también lo será, seguro.

Esstupenda -

es una gran foto, muy expresiva de esa edad.
El gatito es igual que mi rubio.

Kiri -

Muy bonita, Fri, gracias.

Ahora voy a buscar la traca valenciana necesaria para despertarla por las mañanas.

Fri -

Qué bonita esa Pandemonium Queen, Kiri.