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Kiribati

Entre la Indiferencia y la LLuvia

La monarquía española zozobra, entre la indiferencia y la lluvia

Higinio Polo
Rebelión

Terminado el almibarado despliegue informativo de todas las cadenas de televisión y casi todos los periódicos, cerrados los salones donde se había concentrado una significativa parte del parasitismo social europeo, abandonados los cursis adornos que llenaban las calles de Madrid, pagados con recursos públicos, y vueltos a casa los miles y miles de policías que aseguraban un vergonzoso despliegue de inutilidad, apenas queda nada de ese enlace entre un Borbón y una periodista, por mucho que en los días siguientes —lo sabemos— las revistas del corazón sigan llenando páginas y las mismas cadenas de televisión hinchen horas de programación con la repetición hasta el empacho de unas escenas de mal cuento infantil.

Las imágenes y los comentarios de los periodistas destacados ante la boda de Felipe de Borbón y Leticia Ortiz eran reveladores: pese al obligado entusiasmo con que debían servir el ritual, las calles de Madrid mostraban la certidumbre de la indiferencia popular, y todo se resolvía con la insistencia hasta el hartazgo de las ridículas pamelas de las señoras y las anécdotas sobre la colocación de los invitados en el banquete. Hay que recordar que, en su obsequioso entusiasmo, algunos medios de comunicación y algunos portavoces habían especulado con que las calles de Madrid quedarían congestionadas con un millón de personas al paso del cortejo. Nada de eso se ha visto. Al contrario: había más policías que ciudadanos jubilosos. Recuérdese que, según cifras oficiales, se habían movilizado casi veinticinco mil policías y funcionarios de la seguridad. Las escuetas imágenes, poco repetidas, mostraban unas calles casi vacías, y el recurso a las escenas aéreas se revelaba, así, inútil.

Una costosísima campaña de propaganda monárquica naufragaba, gracias a la lluvia, sin duda, pero también por la indiferencia popular. La burla que los ciudadanos españoles han tenido que soportar, en la mayor y más extravagante operación publicitaria de los últimos años en España, recibía así una cumplida respuesta de los ciudadanos de Madrid. En la España de los contratos basura, de la precariedad laboral, de los diarios accidentes mortales de trabajo, de la vergonzosa especulación inmobiliaria, lo más cutre y siniestro del país, los tiburones que medran en las dificultades del ciudadano, los empresarios que se enriquecen con el trabajo ajeno, los sujetos que derrochan los recursos que un buen gobierno destinaría a otros asuntos más urgentes, sonreían satisfechos por asistir al banquete, por pertenecer a la camada de esa familia real que, una vez más, mostraba su absoluta displicencia por los problemas reales del país.

Mucho tendrán que trabajar, a partir de mañana, las cucamonas de palacio y los gabinetes de propaganda para convencer al país de que esa ridícula ceremonia religiosa y esos insultantes festejos de exaltación monárquica que han congregado a un completo cuadro de esperpentos surgidos del Antiguo Régimen, han tenido alguna utilidad. Para la historia, no quedará nada, excepto la avidez de una familia que España no merece soportar, y la evidencia de que, un cuarto de siglo después, la entronización de un rey decidida por el viejo dictador fascista y la recuperación de una herrumbrosa institución como la monarquía, es contestada cada vez con más fuerza por la población.

En su perseguido día de gloria, la monarquía española quedaba marcada por la zozobra, entre la indiferencia y la lluvia.

http://www.rebelion.org/spain/040524hig.htm

10 comentarios

Fri -

La conciencia crítica también viene de que la situación no es tan facil como parece. Mucho contrato basura y especulación inmobiliaria disfrazados de éxito económico.

Fri -

Bueno, es que el 11-M fue algo tan espantoso que aunque hubiera habido huracán la gente habría salido igual. Ahí la gente sí estaba implicada directamente porque era algo que le hubiera podido suceder a cualquiera.

La decoración era muy cursi e innecesaria, sí. Creo que tenían que haber sido más sobrios.

Kiri -

Y, en fin, la tarde de la manifestación del 11M también llovía y hubo lo que hubo.
Si conozco a Madrid, que creo que lo conozco, yo digo que el sábado Madrid estuvo frío.

Kiri -

Por otro lado, lo que a mí me parece detectar es más conciencia crítica en la gente, sobre la monarquía y sobre otras muchas cosas.
Esta me parece una evolución muy positiva, aunque no fácil de medir.

Kiri -

En realidad, aunque me considero republicana, a mí me parece menos grave el apoyo a la monarquía como forma del Estado, que la adoración rosácea e ignorante , fomentada por los medios de comunicación y pagada (con nuestro dinero) por los poderes públicos.
Un poco más de moderación y de modestia, con monarquía o sin monarquía, no vendría nada mal.
Tampoc apoyaría una república rosa, si tal cosa es posible. Y no me refiero a una república gay, :-))

Fri -

Sí, es mucho dinero en gilipolleces. De todas formas, no sé cuánta gente hubiera acudido sin ese temporal de lluvia que hubo, aunque fuera por curiosidad. Es imposible de saber.

Y es posible que haya menos apoyo a la monarquía ahora que antes, sí, también es muy posible, pero sigue habiendo mucha gente que la apoya o la tolera en mayor o menor medida. Por eso, la generalización de Rebelión me parece un poco exagerada.

Kiri -

Pues sí. Siempre hay gente pa tó, pero ni muchísimo menos la enfervorizada muchedumbre que se preveía en el famoso evento. Creo yo.
Me parece que se habló de un millón de personas en la calle, que se pensaba que iban a acudir a ver la boda.
Nunca sabremos los que hubieran acudido sin la lluvia. Pero para mí que un millón no, ¿eh?.
Otra cosa es la tele. En la tele lo ví hasta yo, un rato. Pero es que eso no cuesta trabajo ni dinero ni ná. Estás limpiando un sábado por la mañana y está la boda en la tele. Y te descojonas de algunas pamelas, claro.
También salí a la compra durante la boda:en las tiendas se hablaba del tema,cómo no, y la mayoría de la gente que oí desaprobaban el gasto.
Son veinte millones de euros en gilipolleces, que no es ninguna tontería.
Para mí, esa es la parte intolerable de todo ese montaje del bodorrio. Tres mil millones de pelas dan para arreglar muchas cosas, y las han gastado en florecitas y luces.
Es cierto que el artículo generaliza, Fri. Es una colaboración personal, creo.
Ahora bien, yo opino que, muchas de esas memeces rosas que antes encandilaban a todo el mundo, van decidamente de capa caída en la opinión pública. Yo en eso sí veo algunos cambios de mentalidad, que, tal vez me equivoco, arrancan de las movidas contra la guerra de Irak, cuando comenzó a emerger una conciencia ciudadana casi olvidada. Y las manifestaciones posteriores al 11M la reafirmaron.

Fri -

Bueno, indiferencia para llevarse la alfombra a trocitos no ha habido mucha. Y hoy, en Zaragoza, casi se los meriendan de emoción pilarica.

No estoy yo muy segura de lo que quiere la "gente", ese ente abstracto, y no me atrevería a decirlo. Rebelión tira también para si.

Ericillo -

Más eso.
Que lo digas.

Kiri -

Pues eso.