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Kiribati

Nigredo

Nigredo La nada viene a ser como se sentía el puto pato aquél del cuento, ese que luego no era un pato.
(Tampoco era un ganso, Gru, no te relamas que te veo)
La nada significa ser muy pequeño y poseer un tesoro que a nadie le interesa. Es que los tesoros del alma no son precisamente fáciles de adquirir, ni es frecuente que a nadie le interesen: antes hay que sacarse de encima el pánico ancestral a los prejuicios, y eso es bien jodido, señores. Atenta contra la comodidad, ergo es inadmisible. Por eso, a los niños poseedores de tesoros los convierten las brujas malas en bichos raros y los abandonan en el bosque.
De modo que eres muy niño aún y te das cuenta de que a nadie le interesan tus tesoros: tu asombrosa imaginación, tu mirada de implacable inocencia, la generosidad de tu amor, que tanto avergüenza a los mezquinos. No sólamente no interesan tus tesoros, sino que te ordenan, bajo pena de condenarte a la no-existencia en sus afectos, que los escondas y los disimules. Que no se te ocurra mostrarte como eres.
¡Hostia ya, que resultas incómoda!. ¿Es que no lo ves, tontita?
Nigredo son los años en que te niegan el derecho a existir. Y lo peor, en que tú misma te niegas el derecho a existir porque has terminado por creerlos a ellos. Como son tantos... Porque tienes miedo de que no te perdonen, de que no te quieran y se te acabe el sustento. De que los patos te tiren a la basura y te veas a ti misma como una de esas cabeza decapitadas de muñeca vieja que a veces has descubierto con horror en los vertederos de un mundo tan rico en vertederos.
Niña, no sabes que el sustento se te acabó hace tiempo y moriste.
No sabes que ya eres esa cabeza de muñeca rota.
Y que esto es Nigredo.
Los largos años de la nada. Los años en que no dejas de destruirte sin tregua para complacer a tu propia bruja malvada interior, la que tan generosamente te regalaron tus mayores y tú aceptaste para sobrevivir.
Y un día, en un extraño momento de lucidez, te asomas a tu interior y sólo ves un abismo negro.
Tu vida, tras haber pagado el tributo a la normalidad, es aparentemente normal.
Sólo que en ella faltas tú.
¿Dónde está la niña, la tierna maga blanca, el suave huevo de cisne?
¿Qué ha sido de ella?
¿Te permitirá la bruja, tu siamesa, tu verruga, emprender el camino azaroso, durísimo, de su búsqueda?
Verás, a los lados de Nigredo hay dos farallones rocosos: en uno está el Castillo de la Locura y en el otro hay una Circe que te convertirá en borrega a poco que te descuides.
Y en mitad, al fondo del precipicio, serpentea el camino, pero el camino no se ve porque todo está oscuro.
Menos mal que aprendiste a encender una luz, mal que le pese a la bruja.
Que no se te olvide, por favor, que no se te olvide nunca que sabes encender luces...

20 comentarios

Kiri -

Vosotros sois luces, chicos, más que un festival de Iberdrola. :-)).
Tengo ganas de pillar a Cirlot, Aber. Lo haré un día de estos.
A mí me flipa la luna de Lorca. Entre otros muchos flipes de los que en mundo simbólico hay.

Ericín -

Sí, sí, Chagall y su simbología también son otro doctorado entero...ummm, tendré que pensármelo.
Asias Abercín!!

Esa tesis Kiriii, la veremos algún día.
Sí, he notado -a veces- una lucecita blanca y montañosa dentro de mí: serías tú trasmitiéndome las imágenes invertidas de tu retina; gracias nena, éso da más carburante a la vida. Mua.

Aber -

Kiri, a mí también me gusta recrearme en los símbolos que aparecen en la poesía o en la pintura. Te das cuenta de que el poeta o el pintor han usado ese símbolo con todo su potencial de significado. Me gusta tener siempre a mano el Diccionario de símbolos de Cirlot, por si acaso me encuentro con algún símbolo por ahí. Es muy útil. Me impresionan mucho, por ejemplo, los pájaros de Chagall.

Kiri -

LO que te preguntas, Ana,
"¿Por qué tantas concesiones a lo que los demás esperan de una?" parece que tiene una respuesta obvia y fácil, y, por lo mismo, que tendría una fácil solución. Sin embargo, aprender a decir no es una labor de años.
Por eso, muchas de las luces que encendemos, calientan y alumbran a otros en lugar de a nosotras.
Insisto en "en lugar de". El problema no es compartir, sino privarse para que disfrute otro.
Es un vicio aprendido y erradicarlo cuesta sangre, sudor y lágrimas.
En eso estamos.
Muchas gracias por tus palabras, reina. Que enciendas muchas luces y que todas te alumbren a ti.
Sí, yo terminaré por dedicarme en serio a meter la nariz en los libros.
En el fondo, es lo que de verdad me mola.

Ana* -

Me quedo con la copla del encender luces. Me ha encantado el post. Y lo de "Sin embargo, lo peor que te puede ocurrir cuando no eres aceptado, no es llevar una doble vida, sino escindirte tú por dentro sin darte cuenta."
Lo triste es cuando una se da cuenta de que se escindió por dentro no sabe cuándo, y ya no sabe lo que es. ¿Por qué tantas concesiones a lo que los demás esperan de una? Yo lo hago constantemente, y todas y cada una de las veces acabo lamentándolo.
En fin.
Lo de los mitos en la poesía suena a mucho curro, pero también suena a trabajo de ésos que merecen la pena. Dale no mas...

Kiri -

A ver si dejo de repetir las frases.
Que ya está bien, ya está bien.

Kiri -

Y luego, para ir a parar a la conclusión de que somos poco más que cro-magnones (algunos, australopitecus todavía) aullando nuestras penas de amor a la luna, desde el albor de los tiempos hasta ahora mismo.
La verdad, no creo que seamos mucho más.
Y no es poco, no es poco.

Kiri -

Y esto me recuerda algo que siempre me ha llamado mucho la atención: cómo la poesía recrea, en sus imágenes, mitos tan antiguos como el hombre.
Supongo que, en la mente de los poetas, se halla especialmente desarrollado el pensamiento simbólico, o, lo que es casi lo mismo, esa parte de nosotros que articula los sueños y las fantasías en forma de obra de arte.
Sin embargo, lo de verdad sorprendente es la potencia del inconsciente colectivo: los símbolos una y otra vez recurrentes. Parece que los poetas conservan los cuentos y las leyendas que escucharon en su infancia y los transforman en metáforas a la hora de ponerse a escribir.
Uff... Esto daría para muchas horas de curro: la plasmación de los mitos en la poesía de los dos últimos siglos.
Una tesis entera.
Mucho curro, mucho curro.
Igual cuando me jubile...

Kiri -

No hay nada que perdonar, Aber. Los catalanismos molan.
Yo pillo bastante de catalán, pero siempre hay modismos que se me escapan.
Recuerdo lo del cisne y los modernistas. Eran muy dados hasta que pasó la moda y alguien, no recuerdo quién, escribió aquello de "Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje", verso con el que se abjuraba del preciosismo modernista y sus imágenes.
Creo que los cisnes han de representar un símbolo parecido a los delfines, los caballos blancos, los unicornios y otros bichos, reales o inventados, que transmiten una idea de pureza inalcanzable. Tal vez de inmortalidad.

Aber -

Vaya manera de aflojar...

Aber -

¡Ups! Perdón. Es un catalanismo ("fer la traveta") equivalente al castellano "hacer la zancadilla".

Kiri -

Pues besillos para Aber también.

(¿trabeta?)

Aber -

Creo que existía una creencia acerca de los cisnes o algo así. Al parecer, el cisne moría cantando. Esó les moló mucho a los modernistas.

Es interesante esa escisión interior, esa bruja que pone la trabeta, ese lado oscuro del corazón. Y la presión social no hace más que acentuar esa división. La bruja se hace más fuerte con ello. Es muy difícil saber iluminar esas zonas oscuras, aunque sólo sea a ratos.

Besillos de Aber

Kiri -

Eri, gracias.
Me acordé de ti por esos cerros, ya que te gustan tanto las montañas.
Un besote grande.

Kiri -

Lo que cuenta es lo que has sabido construir después.
:-)

Gru -

Sí, Lohengrin es también el nombre de una ópera de Wagner. Sobre cisnes hay muchas leyendas y cuentos de Andersen, también "la cuidadora de cisnes" o algo así, uno de mis favoritos cuando era niña. Luego lo busco. Es un símbolo más bien nórdico, sí.

Lo de la anulación de uno mismo es la otra opción al desdoblamiento. Terrible opción, sí. El entorno y la presión social pueden llegar a ser insoportables.

Yo he sufrido una gran presión social y familiar, pero, por suerte, pude salir de ahí pronto. Mi medio era tan duro que no tenía nada que agradecer, ni vínculos afectivos, así que me largué. En fin.

Ericín -

:)hola, rebienve.

Kiri -

Es un buen ejemplo lo de la doble vida de tu amigo, Gru. Sucede con frecuencia.
Sin embargo, lo peor que te puede ocurrir cuando no eres aceptado, no es llevar una doble vida, sino escindirte tú por dentro sin darte cuenta.
Tu amigo, si es consciente de su doble vida, aún tiene el control y esto es bueno.
Seguramente algún día prescindirá de la opinión ajena y tendrá una sola vida.

Los romanos rellenaban los cisnes y se los zampaban. Sin embargo, nunca se hubieran zampado a las sagradas ocas capitolinas.
Cada cultura elige sus símbolos.
El símbolo del cisne es, me parece a mí, germánico. Lohengrin es una leyenda sobre el símbolo del cisne. (¿es también una ópera de Wagner? Me suena.)
Y claro, está El Lago de los Cisnes, que también es una leyenda antigua que inspiró a Tchaikovsky. Ví ese ballet en Madrid cuando lo estrenó mi primo, que no era bailarín, sino productor teatral. Era.
Y en fin, como siempre me disperso más que el Delta del Ebro.

Ser uno mismo no es fácil, no. De una manera simbólica, casi siempre hay que cargarse a alguien. Pero eso ya es Rubedo, segunda fase alquímica, y es otra historia para otro día.

Gru -

Fe de erratas:

"que cuando uno es niño lo son todo"

Gru -

Los romanos también cocinaban a los cisnes, aunque a mí se me antoja que deben tener la carne dura. Loa gansos me molan más, tan orondos... (con una manzana en la boca)

Sí, Kiri, es cierto que tesoros como la sensibilidad y valores que muchas veces van unidos a ella suelen ser, aparte de menospreciados, motivo de vergüenza para muchas comunidades establecidas en "lo correcto" y "lo que debe ser". Lo he visto mucho. Es miedo, claro, y prejuicios, y también que no todo el mundo tiene las mismas capacidades ni entiende por qué los demás son de una forma u otra: Ni siquiera se lo plantean.

Un amigo mío, gran persona e inteligentísimo, sigue ocultando su homsexualidad en su entorno familiar porque no lo aceptarían. Él proviene de un medio muy humilde, y con gran esfuerzo sacó adelante sus estudios, pese al poco apoyo familiar que recibió. Lleva una doble vida, claro. Con los amigos se muestra tal y como es, y con la familia, a los que necesita dada la precariedad económica del empleo en su zona, de otra muy distinta. Tuvo que desdoblarse, porque anular lo que uno es, es absolutamente imposible. Pero yo sé que el coste y el sufrimiento que lleva encima son enormes, pese a que los amigos lo aceptamos tal y como es, y también lo admiramos, claro, porque vale mucho.

Anular esa parte de uno mismo, por temor a perder el afecto de los mayores, que cuando uno es niño lo son todos, es algo tremendamente doloroso. Esa nada de la que hablas, Kiri. Pero con el tiempo se puede recuperar, aunque cueste lo suyo. ;-)