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Kiribati

Pez

Pez Experimento una sensación de felicidad cuando nado.
Sobre todo, debajo del agua.
La impresión de que me encuentro en el mundo verdadero, el que se perpetúa, el esencial: el que conecta con los sueños y con las sensaciones que aún no han recibido nombre.
Lo de fuera es contingente. Pura apariencia que, en alguna de esas ocasiones en que saco la cabeza para respirar, habrá desaparecido.
Allí no necesito pensar. Únicamente dejar que aflore lo que más me gusta ser: un animal.
Instinto, movimiento, supervivencia, energía. ¿Realmente se puede ser más?.
Existir, eso es todo.
Sólo cuando comienza a invadirme el cansancio me doy cuenta de que pronto tendré que volver a la mezquindad idiota de ahí arriba, donde hay tantísima gente y tan pocas personas. Donde yo también soy más gente que persona, seguramente.
Y es extraño, aunque contiene una curiosa lógica, que me sienta más humana cuando soy un pez.

2 comentarios

Kiri -

Es exactamente esa sensación de libertad y de dominio.

Seguramente es peligrosa en el buceo submarino, sí. A veces, cuando veo pelis de buceadores, me imagino que, si fuera yo, me quedaría lela mirando el paisaje y se me olvidaría que se acaba el oxígeno o algo así.
La pérdida de la noción del tiempo y de los demás puntos de referencia, debe ser importante.
Pero es imprescindible la huída de vez en cuando porque somos esclavos.
Y, cuando uno lo prueba, se hace adicto a esas escapadas. Hay gente que se sube a los montes, por ejemplo, y siente cosas maravillosas.
Tiene que ver con el ejercicio, con la Naturaleza y con la soledad buscada.

Bambolia -

Es curioso, a mí una de las sensaciones que más paz me aporta es la de sumergirme en una piscina y quedarme boca abajo, quieta, sin hacer nada. Alguna vez he llegado a pensar que dejarse arrastrar por esa sensación ha de ser sumamente peligroso... es casi imposible ser torpe dentro del agua... una acaba sintiéndose la reina de su mundo, sin poseedores de adopción ni poseedores por herencia.