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Kiribati

Mago

Mago De los hombros del Mago pende una capa roja y porta el Infinito por sombrero.

El bailarín errante le hizo la pregunta.
Sólo él podía atreverse, puesto que no está cuerdo
y no le debe a nadie explicaciones.
(¡Qué alegre parecía cuando emprendió el camino
que lleva a las montañas azules del Oeste!).

En seguida el Mago se puso a la tarea:
nada le gusta más que construir respuestas
para su viejo amigo y camarada.
Revisó con sus ojos penetrantes
el contenido de vetustos códices.
Ordenó sus precisos instrumentos:
el timón de Simbad,
y las cuerdas de Orfeo;
la escuadra de Hiram
y la espada de Arturo;
el espejo de Balkis
y el caldero de Gwion.
Reunió los materiales infalibles:
fantasía, manos, corazón, memoria,
corriente luminosa, llamarada certera.

Como no es para nada amigo de la prisa,
se detuvo a pensar, paladeando el tiempo:

"Debemos esperar todavía una luna
para que el viento nos diga su palabra,
y nos susurre el almohadón de plumas
un secreto asombroso del que anhelamos
ser los dueños con toda nuestra alma"

Y se dispuso a entretener los siglos
tomando el té en el césped con Alicia
hasta que brillaron las luciérnagas
y se volvió inminente un cambio en el paisaje.

4 comentarios

Kiri -

Muchas gracias, Bernar, lo mismo te deseo.
Sí, los magos celebran muchos eventos porque saben preparar pociones que levantan el ánimo y lo que sea menester levantar.

Qué bien he dormido, leches.

bErNaR -

¿Celebra el Mago el fin de año en Kiribati?
Oye si es así, Feliz entrada de año, niña.

Buenas noches.

Kiri -

Sí, bueno... Estoy pensando de montar un chiringuito en el Retiro pa sacarme unas pelas.

Gru -

Primero El Loco, ahora El Mago. Parece que comienzas una serie de arcanos del Tarot. Mola. ;-)