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Kiribati

Observatorio lunar

Espejos

Espejos "Las mujeres han servido durante todos estos siglos como espejos que poseen el mágico y delicioso poder de reflejar la figura del hombre al doble de su tamaño real. Sin ese poder, probablemente la tierra seguiría siendo ciénagas y selva. La gloria de todas nuestras guerras sería desconocida. Aún estaríamos arañando el contorno de los ciervos con los restos de un hueso de cordero y trocando sílex por pieles de oveja o cualquier ornamento simple que desease nuestro gusto rudimentario. ...Cualquiera que sea su uso en las sociedades civilizadas, los espejos son esenciales para todas las acciones violentas y heroicas. Por eso Napoleón y Mussolini insistieron tan enfáticamente en la inferioridad de las mujeres, porque si no fuesen inferiores, dejarían de engrandecer. Esto explica lo incómodos que ellos se sienten ante una crítica de ellas [...]. Porque si ella empieza a decir la verdad, la figura en el espejo se encoge."


(Virginia Wolf, citada por Shangay Lily en

http://www.shangaylily.com/libros.html

Palabras Mayores

Palabras Mayores Ella come pizza y dice:

-Si alguien murmura "amor mío" en tu oído mientras te abraza, quizá luego no has de sorprenderte de estar al día siguiente tan abstraída que suene el teléfono, y vuelva a sonar, y te digan:"Eh, ¡que suena el teléfono!", y te lo vuelvan a decir... Y tú no te enteres.
Así fue como se me perdieron ayer cinco minutos, de los cuales no recuerdo absolutamente nada.
El problema, el verdadero problema, es que no supe qué responder a ese "amor mío" y que sigo sin saber qué responder.
No puedo haberme vuelto insensible.
¿O sí?
¿Qué se contesta en un caso así?: ¿gracias, igualmente?; ¿y usted que lo vea?.
Lo que realmente me gustaría responder es un "te quiero", claro.
Pero es que le tengo mucho respeto yo a ciertas palabras. Porque, si uno dice te quiero, la vida de uno cambia sustancialmente y ya nada vuelve a ser lo mismo. Palabras mayores. Son palabras mayores.

Pues sí, bonita, sí. Tienes razón. Palabras mayores.

Ahora, que te repita eso de "amor mío", pero con la ropa puesta. :-))

Elegant Garden

Este cuadro de arriba se titula Elegant Garden.
Es obra de una pintora americana llamada Diane Romanello.
Yo no la conocía de nada hasta que ví una lámina de Elegant Garden colgada en la pared de la sala de espera del médico. En seguida me llamó la atención, de modo que anduve buscando en google.
Quizá en la imagen, como es pequeña, no se aprecia demasiado bien, pero muestra un pequeño paisaje algo brumoso, solitario en ese preciso momento y, sin embargo, maravillosamente construído y cuidado, a juzgar por su aspecto. Luego habitado, no se sabe por quién.
Elegant Garden. Pero, ¿cuál es el jardín elegante a que se refiere la autora?, ¿el de más allá o el de más acá de la verja?.
¿El observador se encuentra a punto de entrar o a punto de salir del lugar paradisíaco?
Suelo preguntármelo mientras espero para entrar en la consulta; quizá porque también yo aguardo el instante de atravesar una puerta.
Atravesar una puerta suele representar un momento decisivo, un acto no exento de cierto peligro, o de un gran peligro incluso, que puede cambiar radicalmente la vida de una persona.
En las tumbas egipcias, así como en las etruscas, se pintaban trampantojos de puertas, tal vez con la finalidad de que el alma pudiera entrar y salir libremente sin que irrumpiera en el mundo real, donde su aparición hubiera causado pavor a los vivos.
He visto pocos cuadros tan inquietantes como este Elegant Garden, aparentemente tan coqueto y civilizado.
Creo que ahí, ante esa puerta, podría suceder cualquier cosa.
Y, en fin, si yo me materializara en esa escena pictórica, atravesaría la verja entreabierta con la sensación precisa de estar haciendo algo irremediable.

El Chisme y Yo

El Chisme y Yo No tengo ni idea de por dónde me viene la aversión al teléfono.
Una podría ser tímida y tal. Podría ser una persona con problemas para comunicarme. Pero no es el caso, no.
Hombre, tampoco es que tenga vocación de relaciones públicas, pero así, en vivo y en directo, hablo cuando tengo ganas de hablar y me gusta escuchar también. Y me gusta mucho reirme con las personas reidoras. Y hablar de temas y eso, tomando un café. A los dependientes, camareros, etc. me dirijo muy buenamente, con amabilidad y casi siempre con una sonrisa, porque están las criaturas trabajando y yo sé lo jodido que puede llegar a ser el trato con el público.
Luego está lo de mi psicóloga, lo que hablo delante de ella. Que hay que echarle un par para hablar de ciertas cosas mientras miras a los ojos a una persona que apenas conoces, por muy psicóloga que sea. Bueno, lo de "apenas conoces" vale para el principio, que ahora ya nos une una relación con solera de años.
Por escrito no sólo me comunico, sino que me encanta.
Vamos, que no hay mayor problema.
Entonces, ¿qué me pasa a mí con el teléfono?
Sé de buena tinta que existen personas que oyen sonar el aparatejo y hasta se ponen contentas. O no se ponen de ninguna manera, sólo lo cogen y ya, sin hacer tragedias griegas.
Yo, cuando le oigo sonar, pienso: "Vaya, ¿quién será el pelmazo?". O directamente decido que no lo cojo, a no ser que se trate de alguien de la familia más cercana. Casi siempre termino por cogerlo, pero haciendo un esfuerzo de voluntad importante. (Esfuerzo que espero se me valore, por cierto, ya que no es ninguna tontería).
Esto es una fobia, ni más ni menos.
Una fobia sin explicación. A mí nunca me ha pasado nada con ningún teléfono: jamás aparato alguno ha intentado asesinarme, ni siquiera cuando tenían cable.
Y es chungo, la verdad, porque, primero: tengo amigos muy queridos que viven lejos. Segundo: que puede pasar cualquier cosa interesante y yo encontrarme en pleno ataque de anti-telefonitis, y no enterarme.
Tercero: que la gente termina por hartarse, porque no siempre entienden que tengo un verdadero problema y se creen que les estoy dando esquinazo.
¿Y en el trabajo? Pues lo cojo, claro. Pero con disgusto.
Véase el caso: yo he hablado algunas veces con mi super-jefa, así in person. He dicho lo que tenía que decir, sin alterarme ni ponerme nerviosa ni ná. Y, con la misma persona, por teléfono, he tenido por dentro un verdadero ataque de pánico con sudores fríos incluídos.
Ni mi psico se lo explica.
Voy a tener que poner solución, coger al toro por los cuernos y empezar a llamar yo a diestro y siniestro, hasta que la angustia se reduzca a un puntito fácilmente ignorable.
Que se preparen, je.

Vizbayo

Vizbayo Otero es un barrio a las afueras de Ponferrada, que, como su propio nombre indica, se extiende sobre una colina.
Es un lugar tranquilo, desde el que se tienen unas panorámicas del castillo templario y las montañas lejanas del Norte, que me extraña que algún hostelero no haya aprovechado ya para montar algún chiringuito guapo.
Hay casitas bajas con patios y muchas macetas; viñas, cercados de piedra y un apacible vecindario de gente mayor y niños jugando en la calle, como jugaba yo en la calle de mi pueblo cuando era pequeña.
Se llega a Otero tras cruzar un bellísimo puente medieval sobre el río Boeza. Ese puente, como una puerta, franquea la entrada a un espacio al margen de cuanto le rodea, donde el tiempo transcurre mucho más lento.

En la ladera de Otero está Santa María de Vizbayo, la iglesia románica más antigua del Bierzo. No he podido encontrar ninguna foto por ahí, y yo tampoco tengo ninguna que pueda escanear.Pero no creo que una foto dijera mucho:es un edificio aparentemente sencillo.
Eso pensaba yo, pero luego trabé una corta e intensa relación con la chica que enseña el templo a los visitantes.
Escuchándola, entendí que se había enamorado irremediablemente de aquel montón de piedras.
Nos entendimos bien en seguida, como buenas adictas a lo mismo.
Me mostró los rincones inverosímiles, los que ella misma ha ido descubriendo a lo largo de horas y días de contemplación y de estudio. Contemplación y estudio muy tranquilos y bien reflexionados, puesto que los visitantes de Vizbayo son escasos.

Ella decía:

"Ahí, justo debajo de donde tienes los pies... (coño, ya he pisado donde no debía)... arranca un túnel que recorre el subsuelo de la iglesia y llega hasta el cementerio de la parte trasera. Las señoras de Otero me contaron que incluso continúa y llega hasta el castillo, pero yo más bien creo que se trata de dependencias de un antiguo convento que sospecho estaría enclavado aquí".

"Fíjate en las diferentes tonalidades del granito. El rojo (precioso) es el más antiguo: los sillares originales de la iglesia. Aquí, en medio de ninguna parte, cuando el sol del amanecer pegara sobre los muros, debía parecer un incendio".

"Hace poco cayó un trozo de enlucido y dejó a la luz estas pinturas originales del siglo XII. Lo más reciente ha sido una cruz pateada, la misma que aparence en Santiago de Peñalba, lo que me afirma en la idea de que ambas iglesias pertenecían a la misma cofradía de monjes, de la cual no sabemos prácticamente nada, ya que no hay testimonio escrito conocido".

"Los expertos dicen que son dos piñas lo que aparece flanqueando la ventana del ábside. Yo creo, después de haberlas estudiado muchas horas, que se trata de dos cabezas de dragón enfrentadas."

Rojo fuego, dragones, soles nacientes, túneles, monjes sin nombre y sin rostro, cementerios panorámicos, ancianas locales que, de niñas, aún jugaban en los túneles que cavaron los eremitas del Bierzo...
¿Se puede pedir más?

Mi amiga y yo nos sentamos a charlar a la sombra de los arcos románicos. El mundo rodaba por ahí fuera, en alguna parte, y sólo era un tema para cambiar impresiones. Lo importante de verdad lo teníamos a nuestra espalda, desafiando al tiempo, al viento, a la lluvia y a todos los desastres.

La envidio, envidio sus días apacibles amando a su monumento, observando cada piedra como a un ser vivo, con una calma infinita, tan artesana de su estudio como los artesanos de la piedra que levantaron Vizbayo. Tan ermitaña como los ermitaños de hace mil años.

Ya quisiera yo vivir con una tarea cotidiana así entre manos.
En fin, lo único que yo podía hacer, mi único tributo posible, era firmar en el libro de visitas que los vecinos han colocado allí.

No se es visitante anónimo en Vizbayo.

¿Por qué el ciervo cruzó la carretera?

¿Por qué el ciervo cruzó la carretera? Ni idea. Pero moló como pocas cosas en el mundo pueden molar.
Fue en el Valle de Fornela, en los Ancares, a la altura de los restos arqueológicos del castro de Chano. Nunca había visto un castro céltico completamente construído con pizarra, por cierto: sobre el verde de la hierba, los restos negros de las pallozas, que prácticamente cuelgan sobre la ladera de la montaña, producen la extraña sensación de algo metálico y vagamente tenebroso.
La carretera era estrecha y difícil, asi que conducía despacio, cuando un cervato precioso de color canela pasó trotando por delante del coche. Otro se quedó en la orilla de la derecha, como indeciso.
Frené, paré el motor y ví que Alicia abría sus ojazos como platos. Aunque luego se puso chulita, claro: "Bah, en el zoo los hay a patadas, mamá, que es que flipas con todo...". Es que es mu chulita ella, pero mucho. No sé a quién habrá salido esta criatura.
Fue un momento fantástico: el bosque, el castro, los ciervos, el torrente que pasa por allí cerca. La soledad, pero una soledad que parecía llena de música.
Creo que hubiera sido perfecto si no hubiéramos ido en coche. Claro que andando no creo que pudiéramos llegar tan lejos.
En fin, que yo quisiera haber cogido ese instante en mis manos, con toda la suavidad del mundo para no romperlo, y haberlo metido dentro de una de esas esferas de cristal que contienen pequeñas escenas, para luego colocarlo encima de la mesa. Y ahora lo estaría mirando, lanzando una ojeada de vez en cuando mientras escribo.
A la salida del Valle, en el momento en que el móvil empezó a tener cobertura, ví que había una llamada perdida. Una buena llamada perdida: un regalo de las xanas del bosque.

Nigredo. Rubedo. Albedo

Nigredo. Rubedo. Albedo Así se llamaban las tres fases de la obra alquímica.
Negro, rojo y blanco: la nada, la sangre y la vida. Pero no es un tema fácil después de haber conducido muchos kilómetros.
Abracé a un árbol y, como tenía insecticida o algo en el tronco, me dio alergia en los brazos y me salieron granos. Mi hija se descojonó, claro. "Mira lo que te ha pasao por mística", me dice la cabrona, muerta de risa. Y yo rascándome con desespero.
Ah, pero eso fue en el primer árbol.
El segundo era mucho más bonito y no me dio alergia ni nada. Me acordé entonces de lo de nigredo, rubedo, albedo.
Y sucedieron muchas más cosas, que relataré si Dios no lo remedia.
Ahora a dormir, que ha sido un día muy largo.

Las Malas Chicas

Las Malas Chicas "Janis Joplin, la cantante de blues de los años sesenta, es un buen ejemplo de mujer cuyos instintos resultaron heridos por las fuerzas que aplastaron su espíritu. Su vida creativa, su inocente curiosidad, su amor a la vida y su actitud irreverente... fueron despiadadamente censurados por sus profesores y por muchas de las personas que la rodeaban en la sureña comunidad baptista blanca de su época, en la que tanto se ensalzaban las virtudes de la "buena chica".
A pesar de que era una excelente estudiante y una pintora de considerable talento, las demás chicas la sometieron a ostracismo por no llevar maquillaje, y lo mismo hicieron sus vecinos por su afición a subir a la cumbre de una rocosa colina de las afueras de la ciudad para cantar con sus amigos y por su interés por la música jazz.
Cuando al final huyó al mundo del blues, estaba tan muerta de hambre (hambre de estima, de creación, de sentimiento) que ya no supo comprender cuándo tenía que detenerse.
...Hay algo en Bessie Smith, Anne Sexton, Edith Piaf, Marilyn Monroe y Judy Garland que sigue la misma pauta de instinto herido que es propia del hambre del alma: el intento de "encajar", su conversión en alcoholizadas, su incapacidad de detenerse.
Podríamos elaborar una larguísima lista de mujeres de talento con el instinto herido... Todas se morían de tristeza, pues estaban hambrientas de alimento espiritual, de relatos del alma, de naturales vagabundeos, de adornos personales de acuerdo con sus necesidades, de aprendizaje divino, de una sana sexualidad."

(C. Pinkola Estés)

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Creo que las "malditas" y los "malditos" fueron patitos feos que no pudieron llegar a verse como cisnes. Las "buenas personas" y las "buenas costumbres" se encargaron de impedírselo con toda eficacia.
Por eso pienso que conviene reirse, muchas, muchísimas veces, de esa gente tan bienintencionada que te señala constantemente lo mal que lo haces todo. Por supuesto, te recrimina por tu propio bien y eso.
Reirse de la propia vocecita interior que te dice lo mismo ya es más complicado, pero también se puede, también.

Aún así, el mundo no ha cambiado tanto como pudiera parecer y todavía, muchos, podemos convertirnos en pequeñas versiones de Janis Joplin.
Ojalá podamos reirnos siempre de lo que está "bien".

(Imagen: Janis Joplin, fotografía de Bob Seidmann)

El Viento en la Isla

El Viento en la Isla El viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo.

Quiere llevarme: escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.

Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.

Escucha como el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.

Con tu frente en mi frente,
con tu boca en mi boca,
atados nuestros cuerpos
al amor que nos quema,
deja que el viento pase
sin que pueda llevarme.

Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.

(Neruda)

Momento salivario de esta bitácora

Momento salivario de esta bitácora No sé si es demasiado tarde,
aunque no me importa,
tantas palabras existen
que debiera ser posible
decirlo todo, pero no es así.
Hoy descubrí que con todas las letras
de una u otra forma unidas
creo que no sabría explicar
lo que con un beso te digo.
Te digo lo sincero
te digo de ti qué quiero
te digo de mi espera
te digo mereció la pena
tanto lustro de aprender a decir
con un simple beso...

(Café Quijano)

Arena

Arena "Cuando una periodista le pregunta un poco por rutina "por qué destruyen el mandala", Wan Chen Sherpa matiza sin perder la sonrisa que la destrucción no es una palabra que acostumbren a utilizar. "Preferimos hablar de disolución", dice. Y lo explica. "Aunque algo sea bello o tenga un gran valor, en su día desaparecerá. Estimamos mucho nuestro cuerpo, pero sabemos que algún día éste tiene que mutar. Vale para la vida y vale también para un mandala".



Mandala

Depredadores

Depredadores "Entre los lobos, cuando la hembra deja a las crías para ir a cazar, los pequeños intentan seguirla al exterior de la guarida... Entonces ella les ruge, se abalanza sobre ellos y les pega un susto de muerte para obligarlos a huir y regresar corriendo a la guarida. La madre sabe que sus criaturas...ignoran aún quién es el depredador y quién no. Pero...ella se lo enseñará por las buenas o por las malas.
Como los lobeznos, las mujeres (pongamos las personas; el libro dice mujeres porque está dirigido a ellas) necesitan una iniciación parecida en la que se les enseñe que los mundos interior y exterior no son siempre lugares placenteros. Muchas mujeres ni siquiera han recibido las lecciones básicas que una madre loba les da a sus crías acerca de los depredadores...Por ejemplo:
-si es amenazador y más grande que tú, huye;
-si es más débil, la decisión de lo que quieres hacer es tuya;
-si está enfermo, déjalo en paz;
-si tiene púas, veneno, colmillos o garras afiladas, retrocede y aléjate en dirección contraria;
-si huele bien, pero está enroscado alrededor de unas mandíbulas de metal, pasa de largo"

(Clarissa Pinkola Estés, "Mujeres que corren con los lobos")

Mandalas

Mandalas "Todo lo que hace el poder del mundo lo hace en círculo: el cielo es redondo y he oído que la tierra es redonda como una pelota y también son así las estrellas. El viento, cuando está encima de su poder se arremolina.Los pájaros hacen sus nidos en círculo, el sol sale y se pone nuevamente en un círculo. La luna hace lo propio y ambos son redondos. Incluso las estaciones forman un gran círculo con sus cambios y siempre retornan al punto donde estuvieron. La vida del hombre es un círculo de la infancia a la infancia y así sucede con todo aquello en lo que se mueve el poder"

(Anciano dakota Reno Negro, citado por Neihardt)

De http://www.elangelcaido.org/creacion/038/038rsorozco.html

una serie de imágenes preciosas de Rosa Sánchez Orozco. Recomiendo verlas, la página El Angel Caído está en mis enlaces.

Chavelaza

Chavelaza Tengo una pasión. Y es Doña Chavela.

Ay...No hay palabras para este momento. Hasta la gata está escuchando con arrobo, en la casa silenciosa.

Lástima que no se puedan poner archivos sonoros.

Está cantando ésta de Agustín Lara:

"Si tienes un hondo penar
piensa en mí.
Si tienes gana de llorar
piensa en mí.
¿no ves que venero tu imagen divina?
Tu párvula boca que siendo tan niña
me enseñó a pecar.
Piensa en mí cuando sufras
cuando llores también piensa en mí.
Cuando quieras quitarme la vida
no la quiero para nada
para nada me sirve sin ti."

Esa voz rota y arrastrá, ese desgarro, esa elegancia canalla, ese estar de vuelta de todo pero con la víscera intacta...

Yo quiero ser usted, doña Chavela, y que sea lo que Dios quiera. :-)

Yo No Quiero Más Luz...

Yo No Quiero Más Luz... Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda,
limpidez cuya entraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda.

¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol
todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.

Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es el día.

(Miguel Hernández)

Mi horóscopo semanal

Mi horóscopo semanal Y ahora voy a poner aquí mi horóscopo semanal personalizado, que me envían de forma gratuita los atrólogos del Rey Arturo.

Estimada Amelia,
A lo largo de esta semana tu planeta regente se encontrará a sus anchas, debido a que ahora transita por una de sus Casas. Este planeta es conocido como Mercurio el mensajero alado de los Dioses, por una parte es el responsable del que seas en muchos casos una persona estresada y nerviosa, pero por la vertiente más positiva es lo que indica que seas tan inteligente, versátil, adaptable y observador. Que tu regente se encuentre transitando el sector del éxito y la profesión sugiere una época de realización en el ámbito profesional, el logro de alguna meta y una sensación de éxito. Es probable que ahora te reconozcan el esfuerzo realizado previamente, además de Mercurio en la Casa X, tienes al Sol que siempre aporta períodos de brillo, reconocimiento y realización. Cualquier situación que signifique para ti un obstáculo o una demora puede resolverse fácilmente si te atreves a renovar algunos conceptos, aprovecha el consejo o la visión futurista de tus socios para encontrar una nueva salida a la situación que ahora estas manejando. El miércoles puede ser un día excelente para medir fuerzas con personas radícales o con gente superficial y regenerar en profundidad situaciones que competen al hogar, la familia o el ámbito profesional.

La Dama de Shalott

La Dama de Shalott Aambos lados del río se despliegan

sembrados de cebada y de centeno

que visten la meseta y el río tocan;

y corre junto al campo la calzada

que va hasta Camelot la de las torres;

y va la gente en idas y venidas,

donde los lirios crecen contemplando,

en torno de la isla de allí abajo,

la isla de Shalott.

El sauce palidece, tiembla el álamo,

cae en sombras la brisa, y se estremece

en esa ola que corre sin cesar

a orillas de la isla por el río

que fluye descendiendo a Camelot.

Cuatro muros y cuatro torres grises

dominan un lugar lleno de flores,

y en la isla silenciosa vive oculta

la Dama de Shalott.

Junto al margen velado por los sauces

deslízanse tiradas las gabarras

por morosos caballos. Sin saludos,

pasa como volando la falúa,

con su vela de seda a Camelot:

más ¿quién la ha visto hacer un ademán

o la ha visto asomada a la ventana?

¿O es que es conocida en todo el reino

la Dama de Shalott?

Sólo al amanecer, los segadores

que siegan las espigas de cebada

escuchan la canción que trae el eco

del río que serpea, transparente,

y que va a Camelot la de las torres.

Y con la luna, el segador cansado,

que apila las gavillas en la tierra,

susurra al escucharla: “Ésa es el hada,

la Dama de Shalott”.

II

Allí está ella, que teje noche y día

una mágica tela de colores.

Ha escuchado un susurro que le anuncia

que alguna horrible maldición le aguarda

si mira en dirección a Camelot.

No sabe qué será el encantamiento,

y así sigue tejiendo sin parar,

y ya sólo de eso se preocupa

la Dama de Shalott.

Y moviéndose en un límpido espejo

que está delante de ella todo el año,

se aparecen del mundo las tinieblas.

Allí ve la cercana carretera

que abajo serpea hasta Camelot:

Allí gira del río el remolino,

y allí los más cerriles aldeanos

y las capas encarnadas de las mozas

pasan junto a Shalott.

A veces, un tropel de damiselas,

un abad tendido en almohadones,

un zagal con el pelo ensortijado,

o un paje con vestido carmesí

van hacia Camelot la de las torres.

Y alguna vez, en el azul espejo,

cabalgan dos a dos los caballeros:

no tiene caballero que la sirva

la Dama de Shalott.

.

Pero aún ella goza cuando teje

las mágicas visiones del espejo:

a menudo en las noches silenciosas

un funeral con velas y penachos

con su música iba a Camelot;

o cuando estaba la luna en el cielo

venían dos amantes ya casados.

“Harta estoy de tinieblas”, se decía

la Dama de Shalott.

III

A un tiro de flecha de su alero

cabalgaba él en medio de las mieses:

venía el sol brillando entre las hojas,

llameando en las broncíneas grebas

del audaz y valiente Lanzarote.

Un cruzado por siempre de rodillas

ante una dama fulgía en su escudo

por lor remotos campos amarillos

cercanos a Shalott.

Lucía libre la enjoyada brida

como un ramal de estrellas que se vé

prendido de la áurea galaxia.

Sonaban los alegres cascabeles

mientras él cabalgaba a Camelot:

y de su heráldica trena colgaba

un potente clarín todo de plata;

tintineaba, al trote, su armadura

muy cerca de Shalott.

Bajo el azul del cielo despejado

su silla tan lujosa refulgía

el yelmo y la alta pluma sobre el yelmo

como una sola llama ardían juntos

mientras él cabalgaba a Camelot.

Tal sucede en la noche purpúrea

bajo constelaciones luminosas,

un malvado meteoro se aproxima

a la quieta Shalott.

Su clara frente al sol resplandecía,

montado en su corcel de hermosos cascos;

pendían de debajo de su yelmo

sus bucles que eran negro cual tizones

mientras él cabalgaba a Camelot.

Al pasar por la orilla y junto al río

brillaba en el espejo de cristal.

“Tiroliro”, por la margen del río

cantaba Lanzarote

Deber

Deber "Asegurarse la propia felicidad es un deber".

(Immanuel Kant)

Entre la Indiferencia y la LLuvia

La monarquía española zozobra, entre la indiferencia y la lluvia

Higinio Polo
Rebelión

Terminado el almibarado despliegue informativo de todas las cadenas de televisión y casi todos los periódicos, cerrados los salones donde se había concentrado una significativa parte del parasitismo social europeo, abandonados los cursis adornos que llenaban las calles de Madrid, pagados con recursos públicos, y vueltos a casa los miles y miles de policías que aseguraban un vergonzoso despliegue de inutilidad, apenas queda nada de ese enlace entre un Borbón y una periodista, por mucho que en los días siguientes —lo sabemos— las revistas del corazón sigan llenando páginas y las mismas cadenas de televisión hinchen horas de programación con la repetición hasta el empacho de unas escenas de mal cuento infantil.

Las imágenes y los comentarios de los periodistas destacados ante la boda de Felipe de Borbón y Leticia Ortiz eran reveladores: pese al obligado entusiasmo con que debían servir el ritual, las calles de Madrid mostraban la certidumbre de la indiferencia popular, y todo se resolvía con la insistencia hasta el hartazgo de las ridículas pamelas de las señoras y las anécdotas sobre la colocación de los invitados en el banquete. Hay que recordar que, en su obsequioso entusiasmo, algunos medios de comunicación y algunos portavoces habían especulado con que las calles de Madrid quedarían congestionadas con un millón de personas al paso del cortejo. Nada de eso se ha visto. Al contrario: había más policías que ciudadanos jubilosos. Recuérdese que, según cifras oficiales, se habían movilizado casi veinticinco mil policías y funcionarios de la seguridad. Las escuetas imágenes, poco repetidas, mostraban unas calles casi vacías, y el recurso a las escenas aéreas se revelaba, así, inútil.

Una costosísima campaña de propaganda monárquica naufragaba, gracias a la lluvia, sin duda, pero también por la indiferencia popular. La burla que los ciudadanos españoles han tenido que soportar, en la mayor y más extravagante operación publicitaria de los últimos años en España, recibía así una cumplida respuesta de los ciudadanos de Madrid. En la España de los contratos basura, de la precariedad laboral, de los diarios accidentes mortales de trabajo, de la vergonzosa especulación inmobiliaria, lo más cutre y siniestro del país, los tiburones que medran en las dificultades del ciudadano, los empresarios que se enriquecen con el trabajo ajeno, los sujetos que derrochan los recursos que un buen gobierno destinaría a otros asuntos más urgentes, sonreían satisfechos por asistir al banquete, por pertenecer a la camada de esa familia real que, una vez más, mostraba su absoluta displicencia por los problemas reales del país.

Mucho tendrán que trabajar, a partir de mañana, las cucamonas de palacio y los gabinetes de propaganda para convencer al país de que esa ridícula ceremonia religiosa y esos insultantes festejos de exaltación monárquica que han congregado a un completo cuadro de esperpentos surgidos del Antiguo Régimen, han tenido alguna utilidad. Para la historia, no quedará nada, excepto la avidez de una familia que España no merece soportar, y la evidencia de que, un cuarto de siglo después, la entronización de un rey decidida por el viejo dictador fascista y la recuperación de una herrumbrosa institución como la monarquía, es contestada cada vez con más fuerza por la población.

En su perseguido día de gloria, la monarquía española quedaba marcada por la zozobra, entre la indiferencia y la lluvia.

http://www.rebelion.org/spain/040524hig.htm

La Isla del Lago de Innisfree

La Isla del Lago de Innisfree Me levantaré y me pondré en marcha, y a Innisfree iré,
y una choza haré allí, de arcilla y espinos:
nueve surcos de habas tendré allí, un panal para la miel,
y viviré solo en el arrullo de los zumbidos.

Y tendré algo de paz allí, porque la paz viene goteando con calma,
goteando desde los velos de la mañana hasta allí donde canta el grillo;
allí la medianoche es una luz tenue, y el mediodía un brillo escarlata
y el atardecer pleno de alas de pardillo.

Me levantaré y me pondré en marcha, noche y día,
oigo el agua del lago chapotear levemente contra la orilla;
mientras permanezco quieto en la carretera o en el asfalto gris
la oigo en lo más profundo del corazón.

(William Butler Yeats)